lunes, 21 de septiembre de 2009

LA LUCHA DEL MONTE

Resistencia de los pueblos originarios en Santiago del Estero. MoCaSE-VC

MOCASE

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase)

Es una organización formada con el objetivo de reivindicar los derechos de los campesinos, demuestra que aún en el siglo XXI se puede luchar solidariamente. Además su ejemplo sirve para que nos demos cuenta de que hay una realidad muy distinta más allá de Buenos Aires.

El MOCASE nuclea unas ocho mil familias campesinas sobre 16 mil en toda la provincia. Su accionar está basado en la lucha por la tierra y el desarrollo de emprendimientos productivos autónomos, sostienen su estrategia de vida en la producción diversificada de algodón, ganado caprino y bovino para la producción de carnes, leches y quesos. Hace años defienden la posesión de las tierras contra las pretensiones de accionistas mayoritarios, y de financieras que ostentan títulos de dominio de miles de. “Más nos aprietan, más nos unimos”, dicen.

El 4 de agosto de 1990, en Quimilí, se constituía formalmente el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE). Desde sus comienzos el MOCASE asumió como estrategia central la lucha por la tierra y por mejorar las condiciones de vida de las familias campesinas. El problema generalizado de tenencia precaria de la tierra por parte de los campesinos había generado un proceso de desalojos “silenciosos” en la medida en que no había conciencia sobre el derecho de posesión veinteñal y a la vez no estaban dadas las condiciones mínimas de organización para que las presentaciones ante la justicia o los reclamos ante el poder político tuvieran alguna posibilidad de éxito. La constitución del MOCASE fue un punto de quiebre con esa situación preexistente, de modo que el silencio se fue convirtiendo en conciencia del derecho. Se promovió la organización para la autodefensa de los pobladores, se acompañó con el asesoramiento legal y la defensa jurídica correspondiente, se fue logrando una mayor visibilidad política y se amplió la articulación con otros sectores de la sociedad que se sintieron atraídos por esta lucha.

La estructura del MOCASE en sus inicios y hasta el 2001 estaba formada por organizaciones locales denominadas "Comisiones de Base" y por organizaciones de segundo grado constituidas por representantes de las organizaciones locales, que se denominaban "Comisión Central" o simplemente "Central". También formaban parte del MOCASE varias cooperativas campesinas. En muchos casos un/a productor/a campesino/as podía ser miembro de la cooperativa de la zona y al mismo tiempo participar en la comisión de base de su paraje que a su vez envía representantes a la Central.

El MOCASE comenzó a tener repercusión a nivel nacional en 1998 durante el intento de desalojo de las familias campesinas del paraje La Simona. Máquinas topadoras de gran porte avanzaron sobre las posesiones de las familias, derribando a su paso árboles, cercos, y llegando hasta la viviendas. La autodefensa ejercida por los pobladores y la contención que les ofreció el MOCASE y un conjunto de organizaciones solidarias detuvo a las topadoras, que de otro modo y en otra época hubieran conseguido su propósito. La población resistió el desalojo pasando días y noches bajo una improvisada carpa de polietileno negro, dando lugar a lo que se denominó la carpa negra de La Simona. En ese momento algunos medios de comunicación nacionales difundieron las imágenes de destrucción del bosque y de atropello a sus pobladores por todo el país, ayudando a extender la preocupación por las familias campesinas más allá de la frontera de Santiago del Estero.
Un año después el MOCASE organizó un Congreso denominado “Campesinos y campesinas unidos en la lucha por la tierra y la justicia”, que se llevó a cabo en la ciudad capital de Santiago del Estero. La convocatoria para participar del Congreso incluyó a las organizaciones del MOCASE y a delegaciones campesinas invitadas para que pudieran compartir las jornadas y decidir su posible incorporación al MOCASE. También participaron delegaciones de otras provincias como la Asociación de Pequeños Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC), la Unión de Pequeños Productores del Chaco (UNPEPROCH), la Asociación Civil Parque Pereyra, la Asociación de Productores Familiares de Florencio Varela, la Asociación de Pequeños Productores de la Puna, la Red Puna de Jujuy, el Consejo Kolla de Salta y pequeños productores de Catamarca y Corrientes

El movimiento apunta a la construcción sin tiempo y sin apuro. Los campesinos saben que el futuro está en manos de sus hijos y por eso están muy atentos a su educación, en un sentido amplio de la palabra, que no solo incluye a la escuela formal. Se trata de una educación que promueve una lectura crítica de la realidad circundante, pero que también contempla el ejemplo que muestra que es posible juntarse para enfrentar y resolver los problemas comunes, superar el individualismo y la persecución de ventajas personales por un modo de vida comunitario, participativo y democrático.


Fuentes: www.lahistoriapensada.com.ar/index.php?id=260 www.edicionesestrategia.com.ar/mocase.html

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Inserción en un mercado más global de las producciones del cinturón verde

El impacto de la internacionalización en un mercado más global implica mejoras técnicas y productivas para poder afrontar la competencia, adoptando nuevas tecnologías y mano de obra, remplazando a los trabajadores provenientes de provincias, por trabajadores bolivianos.
Los trabajadores bolivianos con le tiempo llegaron a ser propietarios o arrendatarios de las tierras. Estos productores recibieron apoyo de sus municipios para mejorar la producción y poder insertarse en los mercados tanto internos y nacionales como si también a los mercados internacionales como el MERCOSUR, Estos proyectos para la inserción a grandes mercados debe ser acompañado de políticas adecuadas y apoyo técnico y social.
Estas mejoras se ven en las distintas zonas del cinturón verde, mientras que en la zona sur se ha dado un incremento en la producción por el uso de tecnología bajo cubierta pero no en la extensión de las superficies cultivadas. Por otra parte, se dio una especialización de la producción en algunos cultivos bajo cubierta que permitieron el ingreso en el mercado de productos “primicia” o tardíos, o más acordes a las exigencias actuales de los consumidores. Se observa una mayor presencia de empresas familiares con medieros, la temprana difusión del cultivo bajo cubierta (54% de las explotaciones), una mayor presencia de medieros (30,7% de mano de obra de medieros), y la presencia de medieros y productores provenientes de provincias del noroeste argentino junto con bolivianos.
En la zona oeste se aprecia una mayor presencia de empresas familiares con asalariados (37% de mano de obra asalariada), la preeminencia de producción extensiva (cultivos de hojas), unidades productivas con mayor superficie, y el uso de invernáculo sólo en 15% de las explotaciones.
Mientras que el norte se caracteriza por una mayor presencia de explotaciones familiares, posiblemente debida a que antiguos medieros bolivianos lograron arrendar o ser propietarios, habiendo iniciado su propia explotación; una mayor presencia de medieros y productores bolivianos; y el uso de invernáculo en el 18% de las explotaciones.

Programas de intervención que implementa el INTA en la zona norte del AMBA

En el 2000, se creó el IMDEL que incorporó dentro de sus incumbencias el PROINSER.
En el 2003 se implementa el programa Cambio Rural Bonaerense, dependiente de la Dirección Provincial de Desarrollo Rural del Ministerio de Asuntos Agrarios del Gobierno de la Provincia de Buenos, en los partidos de Luján, en la Cooperativa Frutihortícola 2 de Septiembre de Pilar (conformada por productores bolivianos), y en el partido de Moreno, en el que el Programa Cambio Rural Bonaerense trabajó de manera articulada con el Instituto Municipal para el Desarrollo Económico Local (IMDEL), implementando asistencia técnica a los productores hortícolas (entre otros) en el marco de las políticas de desarrollo territorial definidas por el gobierno municipal a través del Programa de Incentivo al Sector Rural (Pro.In.Se.R.). Tanto en Pilar como en Luján, se apoyó la conformación de procesos asociativos que cristalizaron en un mercado mayorista, administrado por inmigrantes bolivianos articulados en la Cooperativa Frutihortícola Norchichas.
En el 2006, la Dirección Nacional de Alimentos (DNA), coordinó un grupo de trabajo para la elaboración de la propuesta de Buenas Prácticas Agrícolas para hortalizas, frutas y aromáticas frescas a ser presentada en la CONAL.
Comenzaron a implementarse diversos proyectos (“Manejo de plagas y enfermedades de hortalizas en sistemas protegidos”, “Manejo de la cosecha, poscosecha y gestión de la calidad en sistemas de cultivos protegidos”, “Desarrollo de tecnologías de procesos y gestión para la producción peri urbana de hortalizas”) en el marco del Programa Nacional Hortalizas, Flores y Aromáticas (Componente Hortalizas) del INTA. (Programas Nacionales destinados a coordinar la estrategia de innovación tecnológica sobre los ámbitos de intervención especificada en sus documentos estratégicos, mediante la interacción en foros y conformación de plataformas y consorcios, que consoliden alianzas institucionales y articulen los actores internos y externos)
En el 2007, se conforman diversos grupos de productores hortícolas en la zona noroeste del AMBA, en el marco del programa Cambio Rural (Profeder, SAGPyA).
Además, desde la Secretaría de Calidad de Vida y Medio Ambiente del Municipio de Pilar se impulsa el Programa Promoción para la Actividad Agropecuaria Sustentable (PROAAS).
2006-2008, dentro del Plan de Tecnología Regional del Centro Regional Buenos Aires Norte, se comenzó a implementar el Proyecto BANOR 11 “Fortalecimiento y Organización de las actividades de Desarrollo Rural Territorial en 9 distritos del norte de Buenos Aires (Áreas Piloto)”.

Dichos programas están orientados a las familias bolivianas del AMBA, las que se podrían incluir como productores familiares capitalizados en la clasificación de los TSA, dado por su capacidad productiva, utilización de recursos que les permite la obtención de beneficios con una rentabilidad promedio menor a la de las empresas y por completar en ciertos casos el trabajo familiar, con la contratación de asalariados.

Subunidad Estación Experimental INTA y su rol en desarrollo territorial

La subunidad experimental tiene por objetivo el desarrollo territorial del cordón verde peri urbano, en donde actualmente se desarrollan familias de cultura bolivariana, en la producción hortícola.
El desarrollo territorial implica el fortalecimiento y la organización de los productores de la zona, y la articulación de los mismos con los programas de investigación del INTA, en los que el técnico debe tomar en cuenta la cultura e identidad socio-espacial a fin de permitir la integración de los actores sociales en los programas de desarrollo y extensión.
Los técnicos que se desempeñan en el INTA, tiene por objetivo ser facilitadotes de herramientas, permitiendo el desarrollo de los productores, permitiendo su incorporación en los programas y la cumplimentacion de las normativas que les faciliten el acceso a la comercialización de sus producciones.
Los técnicos son asesores-promotores, que acompañan a los productores en la integración y compromiso, para que se asuman como actores de cambio.
Las dificultades con las que se enfrentan los técnicos hoy, es que muchas veces desconocen la zona en la que son destinados, o por falta de capacitación tienden al asistencialismo.

Zona norte del cinturón Verde


La zona norte Cinturón Verde del Gran Buenos Aires tiene como característica la producción de hortalizas y flores, y casi su totalidad se desarrolla bajo cobertura plástica. La floricultura bajo invernadero se instaló en la zona en las primeras décadas del siglo pasado, en cambio la horticultura protegida se expandió en la década de los años noventa, cubriendo en la actualidad una superficie de alrededor de 1000 hectáreas bajo plástico, superficie que se ha estabilizado en los últimos años.
Los La horticultura intensiva en general, basa su producción en el uso de tecnologías como cultivares mejorados a través del mejoramiento, mayor consumo de fertilizantes y plaguicidas y la adopción de nuevas técnicas de manejo de los cultivos y de estructuras de invernaderos. Este uso intenso no considera la conservación del sistema como prioritaria y como consecuencia de ello, los agro-ecosistemas modernos son bastante inestables y sus quiebres se manifiestan como rebrotes recurrentes de plagas y enfermedades y deterioro físico-químico-biológico del suelo, contaminación del medio ambiente en general.
Bajo este planteo tecnológico con alto uso de insumos, con mano de obra poco capacitada y por la ausente o insuficiente inspección fitosanitaria, existe un alto riesgo de que los productos obtenidos tengan niveles excesivos de residuos de plaguicidas y otras substancias toxicas. En consecuencia de estos cambios tecnológicos algunos productores de la zona norte debieron reubicarse en partidos más distantes como Exaltación de la cruz, Campana y Mercedes. Esto no solo impacto en la reubicación territorial, sino que también modifico socioeconomicamente el sistema, ya que los pequeños productores dejaron la producción familiar para incorporarse a la lógica empresarial, los que no contaron con los recursos para este cambio quedaron excluidos del mercado.

martes, 15 de septiembre de 2009

Porcesos Históricos


El fin del siglo XIX y el principio del XX comenzó una época de extensa deforestación
de la provincia y también ocurrió la mayor venta de tierras públicas (4.000.000 hectáreas) en la historia de Argentina por el gobierno de la provincia. En vez de la atracción de capital y colonización, los empresarios que compraron la tierra “formaron enormes latifundios que explotaron los bosques en forma irracional y contribuyeron a amasar fortunas” (de Dios y Radizzani 1998). Esta situación duró cerca de 40 años, hasta los años ´40, en que se empobrece aún mas la situación de los hacheros (los ancestros de los pequeños productores hoy en día) que trabajaban la tierra de los latifundios patronos.

Este proceso se detiene dado por el nacimiento de la ferrocarriles, la declinación en la demanda mundial por leña y carbón, y ya que “las grandes empresas (como “La Forestal” por ejemplo), comenzaron a remplazar los bosques argentinos por las nuevas plantaciones de acacia negra o mimosa en las colonias británicas en el África” (de Dios y Radizzani 1998). El fin de este proceso generó gran cantidad de desocupados.
Los hacheros se transformaban en campesinos, cultivando y criando lo que podían, pero en una manera tradicional.

En agosto de 1990, se conformó el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) que hoy reúne a más de 8.500 familias de campesinos. Desde sus inicios, el movimiento asumió como estrategia central la lucha por la tenencia de la tierra y por las condiciones de vida del sector.

Pedro Cerviño, María Capurro Robles y Laura Itchart, (Área de Comunicación del CELS).

Katie Metcalf, La Lucha del MOCASE para Desarrollo y Autonomía.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Estructura Económica-Productiva

En la Provincia de Santiago del Estero, la producción agropecuaria durante el siglo pasado, se realizó principalmente con criterios productivistas, a partir de las décadas del ´80 y ´90 se incorpora la noción de sustentabilidad, que entre otras cosas asume la existencia de límites físicos en la explotación del suelo y agua, del bosque y de la fauna silvestre. El producto de décadas de manejo inadecuado de los agroecosistemas, además de repercutir en la calidad de vida de los productores agropecuarios y los sectores vinculados a los mismos, generó señales claras de degradación de los agroecosistemas, entre las que deben destacarse:La degradación de suelos, debido principalmente a la erosión laminar y salinización de los mismos. La degradación de cobertura vegetal, principalmente por arbustificación de los agroecosistemas. La destrucción de hábitats con pérdida de biodiversidad de flora y fauna. Se destacarán dos casos de la aplicación de prácticas de manejo que tienen un alto impacto sobre la degradación de los agroecosistemas y que han sido objeto de estudios recientes: La habilitación de tierras para la producción agropecuaria, sin una planificación adecuada del desmonte y su posterior utilización y el uso ineficiente de los recursos hídricos .En las ultimas décadas, gran parte de los Productores del Área Noreste de Santiago del Estero, orientaron los agroecosistemas forestales y ganaderos hacía la producción agrícola. El sistema de la soja destruye 4 de cada 5 puestos de trabajo existentes y sólo crea un puesto de trabajo cada 500-600 has, siendo sólo viables y autosuficientes para este sistema. Por el contrario la economía familiar genera 35 puestos de trabajo genuinos por cada 100has. Bajo las condiciones actuales, las familias han recurrido a la multiocupación, a fin de complementar sus ingresos, lo que resulta muchas veces en la migración de comunidades enteras. En el departamento J.F.Ibarra la actividad económica estaba centrada en la cría de bovinos, lanares, yeguarizos, porcinos, mulares, asnales y caprinos; además del cultivo de sorgo granífero, sorgo azul y negro, maíz, trigo, algodón centeno y sandia. Pero el gobierno debe saber que salir de la sojización implica antes que nada, redistribuir la tierra y repoblar el territorio nacional devastado por el mono cultivo de la soja. La expansión del cultivo de soja no se reduce a un reemplazo de otros cultivos en las regiones tradicionales maiceras, sino que tiende a extenderse hacia regiones otrora consideradas no aptas; así en el período 1993-94 a 1998-99 la superficie total sembrada de soja crece casi un 50%, un 161% en Santiago del Estero.

Bibliografía: INTA, Santiago del Estero